Este proceso es realizado cuidadosamente por mano de obra extranjera durante los meses de producción.

El café es procesado el mismo día que se recolecta para un buen control y evitar la fermentación del grano.

Este proceso debe realizarse el mismo día de la recolección, dejarlo más tiempo podría afectar el producto y producir una fermentación.

El café se debe depositar en camillas que se encuentran en un invernadero, hasta conseguir el punto óptimo.

Se utiliza un equipo de secado que ayuda a agilizar el proceso.

Luego del secado, el café en pergamino se almacena, para mantenerlo protegido y conservar su calidad.